Historia inspiradora para ayudarte a montar tu negocio

Emprendió para ayudar a su hijo con parálisis cerebral y creó una franquicia internacional de terapias infantiles

El camino del emprendimiento está lleno de desafíos, pero también de grandes recompensas. Los emprendedores exitosos comparten ciertas características que les permiten no solo alcanzar sus metas, sino también contribuir positivamente a la sociedad. Entre estas características destacan el propósito de aportar a la comunidad y la resiliencia. Esta última les permite superar situaciones críticas y emerger más fuertes de los fracasos y crisis. Así lo confirma el estudio titulado «Entrepreneurial resilience: a biographical analysis of successful entrepreneurs» publicado en el International Entrepreneurship and Management Journal.

Javier Bergón es un ejemplo de ello. «Cuando mi hijo nació prematuro con apenas 24 semanas y fue diagnosticado con parálisis cerebral, comenzó una odisea. Durante seis años, recorrí innumerables centros de atención temprana, consulté con logopedas, fisioterapeutas especializados en técnicas como Vojta y Bobath, y probé terapias intensivas como Therasuit. También incursioné en actividades como equinoterapia y natación, entre otras. Todo con la esperanza de mejorar la calidad de vida de mi pequeño, pero ninguna opción parecía ser suficiente.

Después de invertir mis mayores esfuerzos y recursos económicos en estas terapias, llegué a la conclusión de que el enfoque no era el adecuado. Necesitaba un espacio único que no solo abordara las necesidades de mi hijo Mario, sino también las de toda nuestra familia. Como viudo con tres hijos, la logística era un desafío constante. Los desplazamientos interminables de un lugar a otro consumían mi energía y deseaba cambiar esa realidad. Quería sustituir horas de coche y agotamiento por momentos de unión familiar, risas, descanso y amor. Esos momentos tan importantes que todos los niños merecen experimentar en familia».

Bergón dio entonces un paso adelante y dejó su trabajo. «Tenía un buen puesto como consultor en Capgemini», comenta, pero decidió materializar esa idea que llevaba madurando años. «Pensé que era el momento de hacer algo que me permitiera crecer con mi hijo, ayudarle, pero de una forma directa. Y esto pasaba por un centro unificado, con todas las terapias que pueda necesitar cualquier niño (de 0 a 14 años) y personalizando esas terapias, según las necesidades de cada crío e independientemente de si tiene o no discapacidad».

El proyecto arrancó en enero del 2016, con el primer anda CONMiGO en la localidad madrileña de Boadilla del Monte. «Y la progresión, desde el inicio, fue fantástica. En el primer año, lo que más me costó fue organizar y consolidar el equipo terapéutico. Necesitábamos profesionales muy creativos y comunicativos, ya que, de lo contrario, no podíamos hacer una terapia personalizada». Solventada esa cuestión, el negocio fue creciendo de forma exponencial, ya que en el primer periodo 2016-2017 facturó 90.000 euros. A este crecimiento ha contribuido el plan de expansión en franquicia, iniciado en diciembre del 2020 y que, en apenas un año, le ha llevado a abrir 12 centros. Pero más allá de estas cifras, lo reconfortante es saber que la evolución del pequeño Mario –razón de ser última del proyecto– ha sido espectacular en este tiempo, como destaca Bergón.

Justo antes de la pandemia, en marzo del 2020, Javier Bergón acababa de finalizar el proyecto de franquicia con una consultoría de expansión. Un proyecto que tuvo que guardar en el cajón, pero que recuperó a finales de ese mismo año. Desde entonces han abierto una gran cantidad de centros en el país, actualmente cuentan con 78. A todo lo anterior, se suma su plan de internacionalización, logrando actualmente dos centros en Chile y uno en México, lo que da en total 81 centros. Con estas cifras, parece que Bergón ha dado con la tecla para cubrir un nicho de mercado desatendido y, a partir de ahí, crecer. «La demanda estaba ahí. Hablamos de una necesidad, de algo básico, donde, en una clase de 25 pequeños, hay cuatro o cinco que precisan ayuda de algún tipo, no necesariamente relacionada con una discapacidad. En este sentido, el 69% de nuestros casos son niños que no tienen dictaminado nada y el 31% tiene un dictamen o certificado de discapacidad». El crecimiento exponencial del negocio se explica también porque aquí el niño no acude a terapia y la abandona un mes después. «Lo normal es que lo cojamos desde pequeñito, desde los tres años o incluso antes, y continúe. Si somos capaces de llegar a esa parte de personalización, vamos navegando y creciendo con ellos».

Javier Bergón destaca la importancia de la tecnología en su éxito. «Primero, nos basamos en la tecnología, cada vez implantamos más herramientas para medir mucho más el crecimiento de los centros y el nuestro. Esto nos permite automatizar procesos, con lo cual generamos una gran descongestión y que no nos desborde este ámbito. Nos focalizamos en paralelo en cómo debemos captar y, una vez captado, cómo medir la atención al franquiciado, algo que canalizamos a través de elementos propios como el CRM y herramientas de gestión de encuestas».

La historia de Javier Bergón es un claro ejemplo de cómo la determinación y el deseo de ayudar pueden transformar vidas. Emprender con un propósito de ayudar, como lo hace anda CONMiGO, es una manera poderosa de asegurar el éxito y la satisfacción personal.